28 de marzo de 2014

Los retratos de Rosa María Castelo

Hoy os dejo un vídeo en el que se ve el proceso de creación de un retrato. La artista es Rosa María Castelo.

Si queréis ver mas obras suyas os dejo este enlace para que accedáis a su página web:

http://jcvadillom.wix.com/rm-castelo-dibujos

También os dejo un enlace a su blog:

http://rmcastelom.blogspot.com.es/




9 de marzo de 2014

PRIMERAS PRUEBAS CON LA CÁMARA GOPRO

Hola. Hoy os dejo las primeras grabaciones que he realizado con una cámara GoPro exponiéndola a condiciones adversas para ver su comportamiento.

Espero que os guste.


20 de febrero de 2014

ESTA ES MI CIUDAD

Hoy os dejo, para los que no la conozcáis, un espectacular vídeo de Santander realizado por Mario Setién.

Espero que lo disfrutéis






6 de diciembre de 2013

OPTIMISMO Y FELICIDAD


Hoy os traigo unos vídeos geniales de un experto en motivación (Emilio Duró). Todos debiéramos aprender de sus consejos y conseguiríamos ser felices en nuestras vidas y hacer felices a los que nos rodean. También podemos aplicar estos consejos a nuestro trabajo, conseguiremos que nosotros y nuestros equipos rindan más y además sean felices.







28 de noviembre de 2013

GUNKANJIMA, LA ISLA ABANDONADA DE HASHIMA

En Japón, frente a la costa de Nagasaki, se encuentra una de las islas abandonadas más famosas del mundo, la isla de Hashima, también apodada “Gunkanjima” o “barco de guerra” en japonés, por la silueta que adquirió cuando fue amurallada para protegerla de los envites del mar.



La historia de esta isla nace de la revolución industrial de Japón, crece gracias a la producción del carbón, y muere con la llegada del petróleo y sus derivados sustituyendo al negro mineral. Esta pequeña isla de 480 metros de largo por 150 metros de ancho llegó a ser la ciudad con mayor densidad de población del mundo, alcanzando los 139.000 habitantes por kilómetro cuadrado. 



Pero vayamos a su historia. Hashima estuvo desahitada hasta que en 1887 se descubre una veta de carbón en el subsuelo marino de la isla. Tres años después, en 1890, la empresa Mitsubishi compra la isla en plena revolución industrial japonesa con la intención de extraer el carbón descubierto en el subsuelo. En la isla empezaron a aparecer construcciones y poco a poco el hormigón fue ganando terreno al mar hasta el punto de que en 1907 todo el litoral de la isla estaba constituido por un enorme muro de hormigón que la protegiese del fuerte oleaje y los frecuentes tifones.



En 1916 la mina producía 150.000 toneladas de carbón al año y poseía ya una población de 3.000 personas, por lo que la compañía Mitsubishi se planteó proporcionar alojamientos a sus trabajadores. El primer bloque de apartamentos construido, una mole de hormigón de 6 pisos con balconadas de madera, seguía una arquitectura gris y funcional que caracterizaría al resto de edificios posteriores, llegando a alcanzar hasta las 10 plantas unidas entre sí por un laberinto de estrechos pasillos, corredores y escaleras. 

En 1917 se construye el residencial Nikkyu en el centro de la isla, un complejo de apartamentos en forma de “E” que aquel año se convertía en el edificio más alto de todo Japón. Mientras la construcción se paralizaba en todo Japón durante la segunda guerra mundial, en Hashima se seguía construyendo (se llegaron a levantar hasta 30 edificios de apartamentos), todo ello gracias a la alta cantidad de carbón demandada por el esfuerzo bélico lo que obligaba a aumentar la producción de la mina y por tanto a necesitar más mano de obra. 


En 1941 la producción de la mina estaba en torno a las 400.000 toneladas de carbón al año. La compañía Mitsubishi decide entonces emplear esclavos en la mina, para lo cual son trasladados a la isla seiscientos presos coreanos y una cantidad indefinida de presos chinos. Se sabe que aproximadamente murieron unos 1.300 presos. Los continuos accidentes se cobraban 4 o 5 vidas todos los meses. Los presos solo recibían como sustento una mezcla de alubias, arroz y sardinas. Mitsubishi, al igual que otras empresas japonesas, siempre se ha negado a pedir disculpas por el uso de mano de obra esclava durante la guerra.

Con Japón enfrentándose a una dura postguerra y la capital de la prefectura arrasada por la explosión nuclear, Hashima vivió una segunda edad de oro, irónicamente gracias a otra guerra, la de Corea, al volverse a disparar la demanda de carbón.

En 1959 se convertía en el lugar con mayor densidad de población del planeta. En los edificios no solo se hacinaba la gente, sino que proliferaban restaurantes, cafés, casas de juego, clubs, había una escuela con gimnasio y patio, una guardería, un hotel, un hospital con ala de aislamiento, al menos 25 tiendas, peluquería, un templo budista, un cine-teatro, pista de tenis, una pequeña comisaría, una oficina de correos, baños públicos e incluso un burdel.



Cuando un trabajador llegaba a la isla para quedarse desembarcaba en el puerto, donde una especie de hall casi a ras de mar daba acceso a un largo túnel que desembocaba en la ciudad. Después permanecía alojado en el hotel hasta encontrar alguna vivienda libre en los numerosos bloques de apartamentos, enfrentándose a una rígida organización jerárquica de clases en cuanto a la asignación de pisos. Si el trabajador era soltero o perteneciente a una subcontrata, se le instalaba en los viejos pisos de una sola habitación, con cocinas y baños comunales. Si era empleado de la compañía Mitsubishi y llegaba con toda su familia, se le daba un piso con dos habitaciones de 10 metros cuadrados cada una, con cocina y baños propios.

Los oficiales de primera, maestros, médicos y personal relevante recibían apartamentos similares pero más lujosos y el director de la mina disponía de la única casa particular que existía en la isla, construida de manera simbólica en el punto más alto de todo el enclave.

A finales de los años 60, el petróleo comenzaba a sustituir al carbón como combustible en casi todos los ámbitos y numerosas minas cerraron a lo largo y ancho de todo Japón. Mitsubishi había ido trasladando paulatinamente a muchos trabajadores de Hashima a otras zonas y el 15 de Enero de 1974 celebraba una ceremonia en el gimnasio del colegio para anunciar el cierre de la mina. Los habitantes de la isla se vieron obligados a realizar un precipitado éxodo ya que la compañía les dió un plazo de 4 meses para abandonar la ciudad. El 20 de Abril de 1974, embarcaba el último residente que permanecia en Hashima.

Tras el abandono se abrió un duro capítulo de conclusiones, tratando de encontrar una explicación al hecho de que una ciudad moderna quedase abandonada de repente, dejando atrás edificios e infraestructuras en perfecto estado de funcionamiento. Se ha querido ver en Hashima una recreación de toda la sociedad japonesa en miniatura y hay quien ha pronosticado un destino similar al de la isla para Japón. Se ha criticado la sobredependencía del país en las exportaciones, la extenuación de los recursos naturales hasta el límite, la urbanización salvaje que no dejaba ni una sola zona verde cultivable, y la falta de previsión. 



Hoy en día, Hashima es una ciudad fantasma que alberga una especie de museo de los años 70 a punto de desmoronarse. Los edificios están bastante más dañados de lo que parecen en fotos, las calles están llenas de escombros. Al ser abandonadas tan precipitadamente, muchas de las casas se pueden contemplar tal y como las dejaron sus moradores justo en el momento en que se fueron.



El saqueo posterior al abandono fue relativamente bajo al ser una zona de difícil acceso y gracias a cierto nivel de vigilancia por parte de las autoridades japonesas, que al considerar el lugar como peligroso, prohibieron su visita. Desde el año 2007 la isla se puede visitar.

Os dejo un par de vídeos, el segundo realizado por un antiguo habitante de la ciudad.